El Gran Premio de Canada, valedero para el Mundial de Fórmula 1, fue un éxito para el equipo Ferrari que colocó a sus pilotos, Michael Schumacher y Barrichello en primera y segunda posición respectivamente, en una carrera que vino determinada por la lluvia en los compases finales que provocó numerosos abandonos.
El inicio de la carrera no decepcionó las esperanzas de los aficionados españoles, una vez que Pedro Martínez de la Rosa obtuviera el 9 puesto en la parrilla de la salida, igualando la marca de Luis Pérez Sala.
Con el semáforo en verde, Schumacher, que busca su tercer título mundial, aprovechó su pole y llegó a la primera curva en primera posición. El alemán junto con Coulthard se distanciaban del resto de los pílotos. Por su parte, Pedro Martínez de la Rosa merced de una buena salida ocupaba la séptima posición, que rápidamente mejoró en una, en la segunda vuelta tras un adelantamiento. El español iba a cerrar un cuarteto formado por Villenueve, Barrichello y Hakkinen.
En la vuelta catorce, se iba a vivir la primera incidencia destacada de la carrera, cuando Coulthard, ante ese momento segundo clasificado, fue penalizado con diez segundos por encontrarse sus mecánicos junto al coche cuando se dio la orden de salida. A partir de este instante la carrera comenzó a ser dominado por los hombres de Ferrari, sobre todo cuando Barrichello, que hasta ese momento había estado controlado a Hakkinen, adelantó a Villenueve en la segunda posición.

Calvario para De la Rosa
En estos momentos comenzó el calvario de Pedro Martínez de la Rosa, que incomprensiblemente entraban dos veces en boxes para cambiar los neumáticos como había previsto inicialmente su equipo, mientras que el resto de los pilotos tan sólo lo hacían en una ocasión.
El español comenzó a tener problemas por pilotar con neumáticos en frio y se situaba por detrás de la décima plaza. Eran momentos donde las entradas a los boxes eran la nota predominante, aunque sin incidentes destacados, salvo cuando los asistentes de Ferrari olvidaron los neumásticos en el recambio de Barrichello. Sin embargo, la ventaja del brasileño era suficiente para conservar su segunda posición. En estos momentos apareció un elemento novedoso en carrera, la lluvia. Lo que motivó una nueva entrada de los pilotos, para poner gomas que le permitiesen rodar sobre mojado, sin embargo, la superioridad de Ferrari era incontestable. Pedro Martínez de la Rosa iba a poner el punto final a la carrera cuando al intentar adelantar a Diniz el coche del español se fue fuera de la pista y reventó un neumático que le llevó a abandonar.
Por su parte, Marc Gene se aprovechaba de los abandonos producidos y se colocaba en decimotercera posición. Sin embargo, a cuarto vueltas para el final el piloto español se salió de pista y tuvo que abandonar. A partir de este instante el paseo militar para los hombres de Ferrari fue una constante. Mientras que Hakkinen, actual campeón, se tenía que conformar por la cuarta posición, por detrás de Fisichella que contó con la suerte de entrar tan sólo una vez en boxes coincidiendo con el comienzo de la lluvia.