He encontrado una página web que da la información meteorológica del Aconcagua en tiempo real. No sé si es bueno o malo. Probablemente, es malo. La tengo como página de apertura. Cada vez que paso por delante del ordenador le doy a la tecla. Da la temperatura y el viento en el campo base y en el campo uno, en Nido de Cóndores. También tiene un apartado para la cima, pero como no debe subir ni Dios esta temporada, no hay referencias. Ayer, la temperatura máxima en los dos campos era de nueve bajo cero. La mínima daba diecisiete bajo cero. Toma ya. En cuanto lo vi, llamé a Juanito: “Oiarzabal, que la web dice que nos vamos a pelar”. Y Oiarzabal, que tiene contacto casi diario con Argentina, ya se lo imaginaba: “Me han dicho que hace malo y que este año ha caído mucha nieve”. Y el tío se quedó tan tranquilo. Y yo que qué hacemos. Y él, que nada. Que a esperar, que en Vitoria también hacía mucho frío y que adiós, que se iba a hacer esquí de travesía.
Incidencias
Después de repartir el material, llegó el capítulo de incidencias. Qué falla, qué falta y cómo lo arreglamos. Amavisca denunció la falta de los cubrebotas. Un día más tarde, los encontró enrollados en la esterilla. Martín Fiz no encontraba sus gafas de ventisca. Alguien llamó diciendo que tenía dos pares. A Fernando Escartín no le valen las botas de alta montaña. Ya está marchando otro par hacia Biescas. A Gervasio Deferr le están pequeños los pantalones de trekking. A Theresa Zabell le están grandes. Ellos mismos se han arreglado intercambiándose las prendas. A mí me faltaba la navaja multiusos. Estaba entre las cremas de protección solar. No es descartable que alguien meta en el horno los crampones y el pavo de Navidad en el petate.