29/12/2005

Fernando Garrido, nuestro hombre

Se llama Aragón Aventura. Recuerdo haber terminado el texto sobre su historia con esta pregunta: “¿Le quedarán ganas de montar expediciones al Aconcagua?”. Ya tengo la respuesta. No es que le queden ganas. Es que se gana la vida con ello. La agencia de Fernando Garrido es la que nos va a montar toda la infraestructura de nuestro campo base. El mundo es un pañuelo. O mejor, la montaña es un pañuelo.

El guante del doctor
El otro día, cuando presentamos la expedición, la gente del equipo me hizo recordar un episodio divertido que probablemente quede en la memoria de nuestra pequeña historia. El doctor Gandía perdió un guante en Panticosa. Hasta ahí, todo normal. Lo que nos desbordó fue su empeño en buscarlo. Escarbó en la nieve, nos hizo abrir nuestras mochilas para buscarlo, revisamos cada bolsillo y nada, no aparecía. Algunos, por segunda y hasta por tercera vez, volvieron a abrir sus mochilas. Cuatro horas después, llegando al hotel, el doctor seguía buscando su guante. La despedida del doctor fue “si al deshacer la mochila en casa encontráis un guante...”. El martes, un expedicionario, con un punto de ironía y mala leche, preguntó: “Oye, ¿sabéis si el doctor ha encontrado ya el guante?”. A cambio, ayer le compramos al doctor dos bidones para llevar las medicinas que no los tienen ni en la serie Hospital Central. Guantes no tendrá, pero va a gastar los bidones más bonitos del campo base.