24/01/2006

Va a ser un día de nervios

Hoy va a ser un día de nervios. Dudo que pueda dormir bien porque siento esta expedición como un equipo y mis compañeros se la van a estar jugando ahí arriba. Les he visto tan bien que confió en que todos van a llegar a la cumbre. Cada uno lo hará a su ritmo pero van a llegar. Siento lo de Roberto, porque se le veía con una ilusión enorme, pero la altitud le afectó desde los primeros días. De todos modos, sólo por el hecho de intentarlo y de llegar hasta donde lo ha hecho le doy todo el mérito.

El objetivo para el que vinimos aquí era llegar con el mayor número de deportistas a la cumbre y en eso estamos. Mi labor ahora es facilitar las cosas al resto de la expedición para que se sientan lo más cómodo posible y ayudarles cuando regresen después de la cumbre. Tengo muchas ganas de que vuelvan.

Ayer, en broma, le pregunté a Juanito si me dejaba subir con ellos. Lo hice para sacarle una sonrisa al maestro, que tardó poco en decirme que no. Mi Aconcagua fue el Cerro Bonete, con sus 5.000 metros, una altitud que ya es muy meritoria para un tipo de mi fisiología. Sé que haberlo intentado conmigo sólo hubiese supuesto una tara para el grupo. De modo que hoy me toca mirar a la montaña y estar pegado al ‘talkie’ para saber qué pasa con el resto. Con mi equipo.