13/01/2006

Estamos motivados, pero tristes

Lectores, que no cunda el pánico, la expedición Reto Marca Aconcagua sigue (como diría Zabell) “viento en popa a toda pierna”. A pesar de la fatalidad con la que nos hemos levantado, fallecimiento de un montañero, de un compatriota, el grupo está con la moral intacta, eso sí, tristes.

Sin prisa pero sin pausa vamos haciendo camino. Hay vacile entre nosotros. Juanito mata las penas de sus desgarrados pies contando chistes. Es increíble ver caminar al jefe Oiarzabal con la situación en que están sus pies. Su capacidad de lucha en la montaña no es comparable con nada, ni con subir el Tourmalet en bici, ni con un maratón por el desierto.

El crack del grupo tiene nombre propio, ‘Gervi’ Deferr. Es difícil verle un segundo sentado salvo cuando duerme, que por cierto parece ‘el león de la Metro’. Hay que vigilarle constantemente. En el menor descuido, desaparece sin dejar ni rastro. El peor acompañante es la jodida mochila. A esta altura, cada gramo se hace un infierno. La respiración cada vez es más forzada, el pulso sube a velocidad de vértigo. Nos cruzamos con los que bajan de cumbre. Todos nos dicen que el sufrimiento va a merecer la pena al descubrir la belleza de la Aconcagua. ¡Eh! Pero no a cualquier precio.