CON EL EMPATE EL EQUIPO DE CÚPER SE ASEGURÓ LA PRIMERA PLAZA DE GRUPO
El Valencia pasó el último trámite

El Valencia acabó primero de grupo con la ley del mínimo esfuerzo tras empatar contra el Heerenveen en Mestalla. Aparte de haber cumplido el objetivo de acabar en primera posición, el subcampeón de Europa dio una pobre imagen en Mestalla, un estadio que sólo vio empatar a su equipo la temporada pasada en Liga de Campeones ante Manchester y Bayern de Munich.

Y eso que, al principio, los jugadores valencianistas buscaron la portería de Vonk con toques, velocidad e intención. La encontraron a los diez minutos, gracias a un buen disparo de Parri que Diego Alonso desvió lo justo para que el balón entrara. A partir de ese momento y hasta el final de la primera mitad, se acabaron la velocidad, los toques y la intención. El Heerenveen quería despedirse de la competición dando una buena imagen. Por eso, jugó con un aparente 4-3-3 con el que pretendió dar la razón a los tres centrales de Cúper. Mientras, el Valencia hacía lo posible por acostumbrarse a su nuevo sistema (3-4-1-2), que estrenaba esta temporada. La superioridad en el centro del campo con Albelda y Baraja era infinita, pero la posesión del balón no se traducía en ocasiones de gol. El Valencia se durmió El partido se fue durmiendo lamentablemente -con el beneplácito de los jugadores valencianistas- hasta que los holandeses pusieron un poco de emoción. El gol visitante no desmereció lo extraño que estaba siendo el encuentro hasta ese momento. En el minuto 38 un disparo del Heerenveen golpeó en la cara de Bjorklund, rebotó después en la rodilla de Djukic y el balón cayó a los pies del lateral derecho Venema -que estaba en fuera de juego posicional- y batió a Palop, con la izquierda. Increíble.

Tras el descanso, las intenciones de los equipos se distanciaron claramente. Cúper buscó el gol y para ello alineó a Juan Sánchez en lugar de Parri. El Heerenveen optó por traicionar la filosofía y la esencia del fútbol holandés para guardar el empate como oro en paño. El Valencia mejoró sensiblemente su imagen en la segunda parte -no era difícil- y buscó las bandas con Angulo y Vicente, pero volvió a estar negado en ataque, como al principio de temporada. Ni siquiera jugar media hora en superioridad numérica -el árbitro expulsó a Ebbinge en el minuto 60- propició el gol local. Cúper sacó a Carew para intentar aprovechar algún balón colgado; el problema es que no se colgaron muchos balones. El equipo holandés se defendió con muchísmo orden a pesar de la expulsión y sacó los colores a un Valencia desquiciado a la hora de hacer gol. Los holandeses regresarán a casa como héroes; ayer se lo merecieron.