El Barcelona se impuso por cero goles a cuatro al Athletic en un partido en el que decidió la contundencia visitante, con cuatro goles en cinco llegadas con peligro, ante un equipo local el línea descendente, que llegó con cierta asiduidad al área contraria, pero con argumentos confusos y poco peligro.
Lo ocurrido en San Mamés demostró con claridad la diferencia de pegada y contundencia entre dos equipos con caminos distintos a estas alturas de temporada. Uno, el Barcelona, ya claramente hacia arriba y cerca del nivel que le puede permitir luchar por todos los títulos en la fase decisiva de la temporada; otro, el Athletic, cada vez más confuso, más faltó de fe, más a merced de lo que le vayan deparando las circunstancias y probablemente ya más por la labor de evitar caer a la zona peligrosa que de regresar a la zona noble de la tabla.
En los primeros cuarenta y cinco minutos, el equipo local llegó en hasta siete ocasiones con cierto peligro al área de Hesp, pero lo hizo más por insistencia y brega que por calidad. Los que más lo intentaron fueron Guerrero, a pesar de encontrarse fuera de sitio por tener que jugar de delantero y en la mayoría de las ocasiones de espaldas a la meta rival, y Lacruz, este por la banda derecha, donde probablemente haría más un hoy muy retrasado Joseba Etxeberria o, incluso, el suplente Edu Alonso.
El Barcelona, que de inicio cedió mucho terreno y pareció afrontar el partido casi a medio gas, fue letal en sus acercamientos a un Imanol que oponía poca resistencia: dos llegadas, dos goles. El primero, un remate limpio de cabeza de Cocu a centro a balón parado de Figo; el segundo, una vaselina de Kluivert, tras romper el fuera de juego y con todos los rivales entregados antes del toque de balón final del ariete holandés. La segunda mitad empezó de otra manera por parte del equipo local, que, con Edu Alonso en el campo, ofreció al menos un dibujo más racional. Con los mejores en el campo y jugando en el sitio en el que son más peligrosos, el Athletic se acercó en varias ocasiones a la portería de Hesp, pero no logró acortar distancias. Sí pudo marcar el Barcelona en su tercera llegada del partido, al quedarse sólo Kluivert ante Imanol tras preciosa cesión con el pecho de Ronald de Boer a su compañero. Poco después se lesionó Joseba Etxeberria y al Athletic fue entregándose poco a poco ante un Barcelona que controló el juego y el partido con gran facilidad. Con el choque languideciendo, aunque con al menos quince minutos por jugarse, Cocu, en jugada parecida al primer gol, puso el 0-3. Esta vez el interior holandés remató con el pie en el segundo palo tras peinar Kluivert un córner en el primero. A punto de completarse los noventa minutos reglamentarios, Figo redondeó la goleada a pase de Kluivert.