Tardó en aparecer, pero lo hizo cuando debía y una genialidad suya le dio, una vez más, el triunfo a su equipo. En una jornada aciaga para los equipos grandes, Rivaldo y el Barcelona no fallaron. Y eso que por mucho que lo intentó en la primera parte, nunca supo cómo poner en apuros a Nacho González. Buscó casi siempre hacer daño por la izquierda y casi siempre los canarios cerraron ese pasillo con cierta solvencia, aunque, todo hay que decirlo, Sergi fue de los mejores de los blaugrana en la primera parte.
Xavi no creaba desde atrás y Rivaldo, y eso era lo realmente preocupante, no daba señales de vida. Las Palmas hacía, como se suele decir, su partido. Schurrer mantenía a raya a Dani y a cualquier jugador del Barça que merodeara por el área. Cuando el peligro amenazaba con acechar el marco de Nacho González, el argentino, casi siempre, y sus compañeros lo ahuyentaban. El equipo de Kresic, eso sí, también se atrevía a lanzar alguna contra liderada por Guayre y en una de ellas estuvo a punto de marcar. Fallos Pero todo cambio en la primera jugada del segundo tiempo. Xavi dio un pase milimétrico, Rivaldo rompió el fuera de juego, dejó roto a Nacho González con una bicicleta inmensa y marcó a puerta vacía.
Las Palmas, que hasta ese momento había aguantado el tipo sin mayores problemas, acusó el golpe lo suyo. Kresic dio entrada a Toddi y Orlando de inmediato, pero el Barcelona ya estaba muy asentado y parecía complicado que pudiera dar la más mínima facilidad a los canarios. El Barcelona pudo acabar goleando sin mayores problemas, pero curiosamente Rivaldo lo evitó y dio aire a Las Palmas. Primero estrelló el balón en un palo cuando lo más fácil era marcar, y poco después, y tras sortear al portero de los amarillos, se entretuvo y Luis Enrique, finalmente, falló una ocasión increíble. Al final, un par de acertadas intervenciones de Arnau permitieron que los puntos volaran con destino a la Ciudad Condal.