Como recién llegados a nuestro mercado, tanto el Citroën C5 como el Audi A4 son los vehículos que muestran una imagen más novedosa, aunque es cierto también que el BMW 320 sigue exhibiendo una silueta actual y deportiva. El nuevo C5 rompe en cierto modo con la forma tradicional de los últimos modelos grandes de la marca, ya que en su parte trasera se dibuja un tercer volumen que sin embargo no evita la presencia de un portón para acceder al amplio maletero. Su frontal guarda un claro aire de familia con Xsara y Xsara Picasso, pero en él destaca la fuerte inclinación del parabrisas, que le da un aire muy dinámico al conjunto. En Audi han optado por adaptar al A4 el estilo del vehículo más vanguardista de su gama, el A6.
Frontal, zona trasera evocan con claridad las líneas maestras del A6 (incluida la característica parte baja de los paragolpes pintada en un tono gris oscuro), pero el A4 carece del estilizado lateral de su hermano mayor por una razón muy simple: su menor longitud total (4,55 contra 4,80 metros). El resultado final es un coche muy compacto, de aspecto sólido y sobre todo con un toque de modernidad. Por su parte, el BMW 320d ha aguantado de forma ejemplar los tres años que han pasado desde su presentación y su silueta es sin duda la más dinámica de los tres competidores analizados en esta prueba, destacando por su clara vocación deportiva.
El interior más amplio corresponde con cierta ventaja al C5, que hace valer su mayores dimensiones exteriores, sobre todo en longitud, cota en la que con 4,62 m supera al Audi en 7 cm y al BMW en 15. El espacio para los pasajeros de la parte trasera ha mejorado ligeramente en el Audi, que se sitúa en segundo lugar tras el Citroën, en tanto que el BMW es el modelo más reducido en espacio trasero, donde además el voluminoso túnel de transmisión dificulta los movimientos. No obstante, en favor del coche bávaro hay que señalar que su aprovechamiento interior es bueno, pero no se pueden hacer milagros con 15 cm menos de longitud que el vehículo francés. Por ejemplo, en cuestión de maletero las cosas están muy igualadas, con 440 litros para el BMW y 455 para el Audi y el Citroën, aunque éste cuenta con la ventaja del portón trasero, que facilita las operaciones de carga y dota al coche de una mayor versatilidad.
Los tres modelos analizados cuentan con asiento del conductor y volante multirregulables, pero la postura de conducción más conseguida es la del BMW. La disposición de sus mandos alrededor del conductor, unos asientos que sujetan mejor el cuerpo que los de sus rivales, y una palanca de cambio situada en posición perfecta y de manejo preciso forman una combinación sobresaliente. Los materiales empleados en el interior de los tres automóviles son de alta calidad, pero el aspecto y el ajuste apreciado tanto en Audi como en BMW se coloca un punto por encima del percibido en el Citroën.