Tras la importación de la Honda Helix y las primeras Piaggio Hexagon, las Suzuki Burgman fueron de los primeros megascooter japoneses importados de forma oficial. Esto, junto con un diseño elegante y sobrio, pero también llamativo e imponente, la convirtió en la preferida de esa clientela con poder adquisitivo medio-alto que hacen muchos kilómetros al día y la mayor parte de ellos, por circunvalaciones y vías rápidas. Un motor de gran respuesta (aún hoy, sin casi modificaciones, uno de los más potentes de las 250) se aliaba con unas llantas grandes y sistema de freno integral para lograr un comportamiento que casi rozaba el de una Gran Turismo. Como las prestaciones son suficientes, las modificaciones para el 2001 se centran en detalles de diseño en general: capacidad de carga, parte ciclo, habitabilidad... elementos que, como veremos ahora, perpetúan la efectividad que marcó el anterior modelo desde su aparición. La posición del conductor es como antes, muy baja y con las piernas adelantadas. Aunque ahora, incorpora un reposalumbares cómodo y envolvente. Esto es muy cómodo en carretera, pero en ciudad no facilita «trialear» entre el tráfico. En curvas hace que no se tenga el control de la rueda delantera que tienes en otros en que te sitúas más alto y recto (Malaguti Madison 250, por ejemplo), pero sus buenas llantas de 13» y frenada combinada (las dos manetas actúan sobre ambas ruedas) logran que el comportamiento de la parte ciclo sea muy sano. Eso sí, has de llegar con el trabajo «preparado» a cada curva, cogerla desde la zona externa y con tracción continua «peinando» el acelerador. La prueba de esta Burgman se hizo bajo condiciones muy duras: carreteras reviradas, lloviendo y casi nevando, pero sobre todo con un viento que hacía claramente peligrosa la conducción. Pero para mi sorpresa, el bajo centro de gravedad hacía un efecto «tentetieso», que compensaba su gran sección lateral y la alta cúpula. La parte ciclo, gracias a esta característica, digería los embates del terrible viento mientras que permanecía bien pegada al suelo gracias a la anchura y talón de sus neumáticos (110 delante y 130 detrás, pero con perfiles 90 y 70) Por último, continúa con pequeños detalles importantísimos para la comodidad diaria que ya tenía antes, como la tapa que evita el acceso al contacto y que se desbloquea con un imán situado en la cabeza de la llave. También un bloqueo de freno con trinquete, algo fundamental cuando estás parado para controlar una moto de estas dimensiones. Precio: 829.900 pesetas
• Tipo de motor: 4 tiempos, refrigerado por agua, SOHC, un cilindro y 4 válvulas. • Diámetro x Carrera: 73,0 x 59,6 mm. • Cilindrada: 249 cc. • Relación de compresión:10,5:1. • Carburador: CVK30. • Encendido: Encendido digital electrónico. • Sistema de arranque: Eléctrico. • Transmisión: Correa trapezoidal. • Chasis: Tubular. • Avance / Lanzamiento: 27 º/106 mm. • Suspensión: Telescópica la delantera y la trasera de bieletas, amortiguado por aceite/gas con recarga de muelle regulable en 7 posiciones. • Rueda: Neumáticos de 110/90 el delantero y 130/70 la trasera, montados en llantas de aluminio de 13 pulgadas. • Freno: De discos hidráulicos. Los delanteros de 260 mm. y de 210 mm. los traseros. • Depósito de combustible: 13,0 litros. • Largo/ancho/alto: 2.260/765/1.365 mm. • Batalla: 1.590 mm. • Peso en vacío: 166 kgs.