Independientemente de que seamos más
competitivos o menos y de que se sea profesional o no casi todos nos hemos visto
envueltos en alguna competición de mayor o menor nivel. De hecho la competición
es una manera de evaluar nuestro nivel de juego, nuestras habilidades y nuestra
forma de responder bajo una cierta presión.
Por Antonio Ochoa
Es bueno fijarnos algún objetivo en nuestros entrenamientos, en nuestras
clases o simplemente para probarnos, pero sin convertir este hecho en una prueba
a vida o muerte, porque además el padel tiene la peculiaridad de que es
un deporte en equipo pero de dos, lo que hace que sea muy típico eludir
la propia responsabilidad y trasladársela al compañero, mientras
que en otros deportes de equipo la responsabilidad queda más repartida
entre el conjunto de
jugadores.
Podemos dividir el partido, sea de competición o no, en tres partes, que
son: antes, durante y después del partido.
El prepartido es una fase a menudo subestimada y que se debería cuidar
más, sobre todo por los profesionales, y es una fase en la que se debe
cuidar tanto la alimentación, comiendo con tiempo suficiente para que no
nos afecte durante el partido lo ingerido y que además nos proporcione
energía para afrontar un hipotético partido duro. Un tiempo entre
comida y partido de unas dos horas y media o tres y una ingesta de carbohidratos
(tampoco hay que excederse), así como una buena hidratación son
recomendables.
Debemos también analizar el partido, estudiar cómo afrontar el juego
de nuestros rivales, tener en cuenta las circunstancias externas (tipo de pista,
bolas, etc) y definir una táctica que no siempre es infalible y que a veces
nos veremos obligados a cambiar por las circunstancias del partido, pero es muy
típico salir a ver qué pasa, sin
esquema y perder partidos que con un poco de disciplina se podían haber
ganado. Hay otros donde la superioridad de nuestros rivales hace inútil
cualquier táctica pero ésta ayuda a que la derrota sea menor.
Durante el partido debemos tratar de mantener la táctica preconcebida,
hablar con el compañero, mantener la concentración, ser positivos
y tratar de reaccionar con inteligencia ante las situaciones adversas, así
como no responsabilizarnos de manera exagerada y que ello nos lleve a bloquearnos.
Si las cosas no salen trataremos de mantener la calma, no siempre los mejores
momentos de nuestro compañero coinciden con los nuestros, pero hay que
mantener la actitud constructiva.
El postpartido es el momento de la recuperación, tengamos que continuar
en el torneo o no, ya que a veces se abandona uno por el hecho de que ya terminó
la competición. Es el momento de rehidratarse, de alimentarse y de estirar
para recuperar los músculos, así como analizar el partido se haya
ganado o no, ver lo que funcionó y lo que no y porqué, y si se puede
hacer mejor la siguiente vez aunque se haya ganado. Si se sigue en el torneo es
el momento de analizar el siguiente partido y continuar en la misma dinámica.
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