La volea, junto con el remate, conforma
el ataque de cualquier jugador de pádel.
Por Antonio Ochoa
Se trata de un golpe importante porque es uno de los usados para definir los
puntos una vez que hemos conseguido ganar la posición en la red.
Es un golpe similar a la volea del tenis pero con alguna diferencia además
de la obvia de la raqueta.
En cuanto a la colocación en la pista debemos partir de nuestra colocación
habitual para afrontar el juego en la red, que nos permita hacer frente con garantías
tanto al globo como a las voleas en función de nuestras condiciones: anticipación,
coordinación, condición física, etc. Pero una vez que somos
conscientes de que el golpe a ejecutar es una volea debemos atacar la bola en
lo posible para lograr impactar lo más cerca de la red que podamos y con
una perspectiva del campo contrario mejor cuanto más alta ataquemos la
bola.
Las diferencias con la volea del tenis estriban en la altura de la red y en
la proximidad del campo contrario con lo que los golpes son más inmediatos,
por lo que el armado del golpe ha de ser rápido y corto, volcando el peso
del cuerpo sobre la pelota para imprimirle velocidad, y si la situación
nos lo permite incluso le aplicaremos algún efecto.
En cuanto a la empuñadura la más adecuada es la continental,
que nos permite realizar todo tipo de golpes, y por la inmediatez de la que hemos
hablado es complicado cambiarla en el caso del revés.
La posición ha de ser mirando al campo contrario hacia donde esté
la pelota, semiflexionado, y con la raqueta de canto hacia nosotros y a la altura
del pecho para poder iniciar el golpe hacia cualquiera de los dos lados, nunca
colgando por los lados.
En cuanto al golpe, ha de ser con muñeca firme, delante del cuerpo,
cerca y a una distancia lateral no muy grande, un poco más que la que nos
permitiría sujetar una bola con el codo pegado al cuerpo en el golpe de
derecha y similar en el de revés, ayudándonos si hace falta en el
revés con la mano contraria para sostener la pala antes de golpear.
La pala ha de estar a la altura de nuestra cabeza u hombros si llegamos cómodos
a volear y si está más baja flexionaremos para un mejor control
de la volea, y en una inclinación de 45 grados o superior.
Debemos optimizar los movimientos para no emplear más energía
de lo necesario y tardar más en recuperar la posición de lo debido,
ejecutando el golpe con movimientos cortos, controlados y los pasos justos para
llegar bien a la bola.
Atacaremos la volea de derecha con la pierna izquierda y la de revés
con la pierna derecha para volcar el peso del cuerpo en el golpe como habíamos
hablado, evitando golpear dejando el cuerpo atrasado.
Los golpes deben ser profundos y buscando las paredes, y si nuestro nivel nos
lo permite tratar de incorporarles un efecto cortado atacando la bola por debajo
con la cara de la pala abierta sin por ello restarle mucha velocidad.
Después de golpear debemos retornar rápidamente a la posición
inicial de espera.
Espero que estos consejos sirvan para mejorar la efectividad de su volea.
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