Joane no es una desconocida, pero sigue siendo una caja
de sorpresas. El año pasado, su historia dio la vuelta al
mundo cuando se convirtió en la primera española que
ganaba el Giro de Italia. Este año, sus propósitos hablaban
del Tour de Francia e, incluso de Sidney, no de la segunda
maglia rosa. Pero la tenacidad siempre ha sido su estigma.
Fue la que le ayudó a combatir los problemas de espalda
que la llevaron al quirófano en 1992 y, luego, la infección
que estuvo a punto de dejarla en una silla de ruedas, con
tres meses con el torso escayolado como penitencia. La misma
por la que subió a lo más alto del podio en 1999 justo un
año después de haber barajado la retirada cuando no encontraba
equipos porque en España no podía correr de forma profesional.
Joane junto su marido Ramontxu González, también
ciclista profesional. |
Ahora, ya instalada en el potente Alfa Lum, es otra mujer.
La misma vizcaina de Sodupe pero en unas circunstancias
muy diferentes.
Ya tiene casi dos Giros en el bolsillo, un MARCA Sprint
y un contrato algo mejor, para ir tirando y poco más, en
un deporte en el que no hay grande honorarios.
En invierno pasado, en noviembre, pasó finalmente por
la vicaría con Ramontxu González Arrieta, el ciclista del
Euskaltel, su apoyo en los momentos duros.
HA DICHO Dice que me va a atacar, pero ésta ya no me
la quita nadie”
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