Por
Josu Garai Redactor de MARCA |
Al igual que Miguel Indurain, pienso que Marco Pantani
se equivoca si, como parece, corre el Giro. Lleva todo el
año ralentizando su regreso y ahora, de prisa y corriendo,
se dispone a tomar la salida de una ronda tan exigente como
la transalpina.
Más que una decisión deportiva, parece una decisión estrictamente
publicitaria. Es evidente que el 'Pirata' está en deuda
con las firmas que le pagan, pero no parece ésta la mejor
forma de justificar la fidelidad que con él han tenido porque,
en buena lógica, Marco no puede estar a la altura de sus
rivales después de casi un año de inactividad. Porque no
podemos olvidar que el pasado 5 de junio fue descalificado
del Giro y que desde entonces sólo ha corrido dos días,
en la Vuelta a Valencia.
Si en ésta, en la ronda valenciana, sólo pudo correr dos
días por miedo a que le atenazase la fatiga muscular, qué
no le podrá pasar en el Giro, donde el estado de forma de
todos es muy superior al que tenían en febrero.
Que Pantani vuelva a competir, pese a todo, es una buena
noticia, en especial para la organización del Giro. Pero
sería mucho más lógico que, tras haber competido sólo dos
días este año, el 'Pirata' hubiera preparado en condiciones
el Tour y el final de temporada, con la Vuelta a España
por medio.
Si no fuera por la clase que tiene, apostaría a que el
'Pirata' no acaba el Giro. Tratándose de él, quizá consiga
acabarlo, pero Pantani no será, salvo mayúscula sorpresa,
el 'Pirata' que todos conocemos.
Pantani se dispone a tomar la salida del Giro, en Roma,
y de hecho cuando escribo estas líneas quizá ya se encuentre
en la capital italiana para asistir a la recepción del Papa,
pero está muy lejos, mucho más de lo que parece y de lo
que están sus rivales, de Milán, meta final del Giro de
Italia. Además, el bombazo publicitario que preparaba el
equipo Mercatone, que había diseñado toda una estrategia
de márketing para que no se conociese la noticia hasta hoy,
se ha quedado un tanto diluído gracias a las filtraciones
de los últimos días.
Su precipitada vuelta a la competición, en definitiva,
me parece demasiado arriesgada para un corredor que, ahora
mismo, no está en su mejor momento, ni físico, ni psíquico
ni deportivo. Aunque a lo mejor una motivación como ésta
era lo único que le podía servir para volver a competir.
"O ahora o nunca", han podido pensar sus mentores.
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