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Carlos Checa (Yamaha) se erigió en la
figura española del fin de semana al ser el único de los pilotos
en las tres cilindradas que consiguió acabar en el podio y, además,
con su segunda posición en el Gran Premio de Italia de 500 c.c.
que se disputó en el circuito de Mugello, empata en cabeza de
la clasificación del mundial con el estadounidense Kenny Roberts
(Suzuki), discreto en la sexta plaza que ocupó al final.
Peor suerte tuvo el campeón mundial Alex Crivillé (Honda), quien
acabó la carrera como también hizo en los entrenamientos, por
los suelos, y desciende de la cuarta a la sexta plaza del mundial,
aunque sólo cede 10 puntos más en la lucha por el campeonato respecto
al primero de la tabla. Alex Crivillé no tuvo el santo de cara
en todo el fin de semana y después de sufrir dos caídas casi consecutivas
en la segunda y última jornada de entrenamientos, que le dejaron
sin opciones de mejorar la puesta a punto de su moto, volvió a
caerse en la carrera. El italiano Loris Capirossi, del equipo
Honda de Sito Pons, fue quien más regular se mostró a lo largo
de toda la carrera, como también Checa, pues mantuvieron un ritmo
constante y sólo atacaron cuando tuvieron realmente la necesidad
de hacerlo. El italiano, que marcó la pauta de la carrera, se
encontró en las últimas vueltas con la dura oposición de Valentino
Rossi y Max Biaggi, pero la ambición de ambos pudo más que su
serenidad de pilotaje y tanto el uno como el otro se fueron por
los suelos y mientras Capirossi ganaba la carrera, el español
se colocaba segundo en el podio italiano.
Ambos, Biaggi y Rossi, tuvieron arrestos suficientes para levantarse
y arrancar la moto, pero de luchar por la victoria acabaron en
novena posición el primero y duodécima el segundo.
Locatelli arrasó y Alzamora retrocede
El italiano Roberto Locatelli (Aprilia) humilló a todos sus
rivales desde la primera hasta la última vuelta en 125 c.c., sin
que Emilio Alzamora pudiese recuperar demasiado el terreno perdido
en entrenamientos y aunque estuvo en el grupo de cabeza, acabó
séptimo. Locatelli, el más rápido en entrenamientos, con tiempos
dignos de una 250 c.c. y casi de 500 c.c., fue el más rápido en
la salida y ahí, prácticamente, acabó toda la historia de la carrera.
El "quid" de la carrera estuvo en la lucha por la segunda posición.
En la última vuelta un nutrido grupo de pilotos vendió cara su
derrota y algunos, como Alzamora, se jugaban el liderato mundial.
La caída de Poggiali y Cecchinello, al tocarse ambos de manera
casi brutal, trastocó todos los planteamientos y, en el caso de
Alzamora, le perjudicó sobremanera para impedirle acabar más allá
de la séptima plaza, justo por delante de Arnaud Vincent (Airtel
Aprilia), del que su equipo de la Comunidad valenciana esperaba
en esta ocasión mucho más.
Primeros puntos en 250
El japonés Shinya Nakano (Yamaha) supo templar y mandar en
la carrera de 250 c.c. al esperar que se clarificara el desarrollo
de la misma para protagonizar un ataque al que su único rival
y compañero de equipo, el francés Olivier Jacque, no pudo responder
y con ello rompieron una racha de años de los pilotos Aprilia.
El madrileño Alfonso "Fonsi" González Nieto (Yamaha) consiguió
romper con la mala racha que acumulaba esta temporada y después
de una seria y eficaz carrera logró sumar sus primeros puntos
con un más que meritorio noveno puesto y como mejor español. Hasta
ahora era Alex Debón (Airtel Aprilia), quien ocupaba tan privilegiada
posición en los 250 c.c., pero los problemas mecánicos que arrastró
durante la carrera le dejaron sin puntuar después de ser undécimo
en entrenamientos.
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