Empezaba un nuevo Mundial en Alemania, de
siete carreras, pero resulta que ahora empieza
otro, de sólo seis, porque los líderes se han
apretado aún más que al llegar, tanto, que casi
comparten la misma decena de puntos. Son cuatro
pilotos en sólo diez puntos, o sea, en una victoria,
los que se disputarán el título de un Mundial
al que se podría bautizar como el del ‘zig-zag’,
por los bandazos tan increíbles que está dando
y porque esa peligrosa maniobra en las salidas
ha marcado el rumbo de las últimas carreras.
Schumacher vio ayer como Coulthard le hacía
el zig-zag y le devolvía el ‘tapón’ en aras
a la ley de ‘un-solo-movimiento’ que invocó
Schumacher en el G.P. de Francia, aquélla que
le permite a un piloto conservar su mejor plaza
aun con una trazada que no sea recta. Coulthard,
perjudicado en aquella ocasión, interpretó ayer
la ley al pie de la letra, más preocupado en
ello (lleva preocupado en ello un mes) casi
que en conservar la ‘pole’, y se vengó del alemán,
que ha perdido más de 20 puntos de ventaja,
edificados en 8 carreras casi impecables, en
los 200 últimos metros, en dos salidas seguidas
en las que ha tenido que abandonar sin pasar
de la primera curva. Dos Ferrari contra dos
McLaren. Es en lo único que el Mundial no zigzaguea
en 50 años.