Tras
un par de nefastas temporadas, en las cuales la Real Sociedad coqueteó
con los puestos de descenso, el equipo de John Toshack empezó
con mucha ilusión el campeonato. La base de este entusiasmo
era la extraordinaria segunda vuelta del equipo el pasado curso
y la apuesta por los jugadores de cantera del nuevo mánager
del club. De la mano del galés, los blanquiazules no sólo
salieron de los puestos de descenso -en navidades el equipo estaba
deshauciado y parecía un milagro darle la vuelta a la situación-
sino que acabaron jugando un gran fútbol.
Sin embargo, en los primeros ocho partidos la Real sólo
consiguió sumar dos puntos y era colista a siete puntos de
la salvación. La historia se repetía. La plaga de
lesiones que azotó al equipo (Jankauskas, De Pedro, Xabi
Alonso, Tayfun, Idiakez, Llorente...) mermaron sensiblemente a un
equipo que, aunque muchas veces no era inferior a sus rivales (sólo
el Alavés le superó en el juego con claridad) era
incapaz de transformar en puntos su juego.
Con la recuperación de los lesionados, con mención
especial para Xabi Alonso, un hombre fundamental en los esquemas
de Toshack, el equipo logró tres triunfos consecutivos ante
Osasuna, Espanyol y Tenerife y consiguió salir de los puestos.
Sin embargo, una nueva derrota en casa ante el Mallorca el pasado
domingo devolvía a los donostiarras a la cruda realidad de
las últimas temporadas. Con un calendario complicado, tras
visitar Riazor la Real -el peor equipo en casa de la Liga- recibirá
al invicto Valencia. Por lo tanto los blanquiazules no tiene otra
opción que salir a por todas ante el líder e intentar
lograr su tercer triunfo consecutivo a domicilio.
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