JACINTO VIDARTE. Gerardmer
Desde el primer momento del día, Joane Somarriba
se sintió a gusto. Se levantó con buenas sensaciones
y, como suele suceder en esos casos, en carrera nadie pudo
ponerla en apuros. "He demostrado que soy la más regular",
decía tras cruzar la línea de meta, y era verdad, porque
a pesar de los últimos y desesperados ataques que le lanzaron
en la última subida las hermanas Polikeviciute, así como
la francesa Desbouys, la española supo mantenerse en el
grupo de las favoritas sin mayor problema.
La etapa de los Vosgos, con el Ballon D'Alsace y la Grosse
Pierre como puertos a franquear, le dio al equipo Alfa Lum
la oportunidad de demostrar que es el más fuerte de este
pelotón. El primer puerto, el más duro y largo, hizo la
selección. El Accua Due se puso a tirar con Zabirova y eso
le vino bien a Somarriba. "Puso un ritmo muy fuerte pensando
en la tercera plaza de Polikeviciute", contaba Joane, "y
ya nadie pudo atacar. Yo, a lo que más temía era a la bajada,
que no la conocía, pero no era peligrosa y bajé todo el
tiempo delante, sin problemas de ningún tipo".
De cara al último puerto, el de meta, se recrudecieron los
ataques. "Se marchó Polikeviciute", siguió contando Joane,
"y nosotros mandamos con ella a Daniela Veronesi mientras
Edita y yo nos dedicábamos a controlar al resto. La táctica
nos salió perfecta, porque encima ha ganado mi compañera,
que se lo merecía después de lo mucho que ha trabajado para
mí tanto en el Giro como aquí".
En la línea de meta, Somarriba se sintió en la gloria. "Era
consciente de que este era el último esfuerzo y casi he
contado los metros desde que pasamos la pancarta del último
kilómetro. Lo único que he echado de menos ha sido a mi
familia. Me hubiera gustado que estuvieran todos aquí, como
en el Tourmalet, pero sé que habrán estado muy pendientes
de lo que hacía".
Ahora sólo queda el trámite de hoy, la llegada a París,
en una jornada donde no espera más ataques. "En el Giro,
la Cappellotto sí que estuvo atacando en cada repecho y
eso que nosotras somos como los chicos, que en la última
etapa dejamos que todo se resuelva al sprint. Aquí espero
que sea así y que no haya ninguna sorpresa, pero esperaré
hasta el final para cantar victoria". Será el momento para
celebrar un doblete histórico, el primero del Giro y el
Tour que logra una española, como en su día lo hiciera Miguel
Indurain. "Bueno, lo mío no tiene comparación con lo de
Miguel", aseguró Joane, "porque lo suyo es algo inalcanzable.
Eso sí, me hizo mucha ilusión cuando me enteré de que llevo
el mismo dorsal (35) que llevaba él cuando ganó su primer
Tour, pero él está en lo más alto y yo no creo que corra
tantos años. Tal vez lo único en lo que se parece esto es
en que también es muy imporante para el ciclismo femenino
y espero que sirva para que tengamos más ayuda en España".
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