El tecnico que mejor entendio al ‘mago’ en su años de gloria
“Técnicamente era mejor que Maradona”. David Vidal, uno
de los entrenadores que mayor influencia tuvo en España
sobre la figura de Mágico González, concentra en esa expresión
rotunda la calidad del salvadoreño. Su llegada al Cádiz
coincidió en el tiempo con la presencia del técnico en las
filas del conjunto amarillo. Sin duda es una de las personas
que más cosas puede relatar, con un indudable cariño a tenor
de sus palabras, del paso del ‘mago’ por las filas amarillas.
El paseo por la historia está cargado de grandes recuerdos
de una persona que ha dejado una huella imborrable en la
ciudad de Cádiz, en el club y en las personas que estuvieron
a su alrededor durante los años de estancia en España del
delantero internacional de El Salvador.
“Fui el técnico que más tiempo estuve con él”. Comienza
Vidal una narración que transita por siete años. “Llegó
al Mundial de España, en el 82, con la selección nacional
de El Salvador a Alicante. El Cádiz lo fichó por recomendación
del entonces secretario técnico y yo era el segundo entrenador
del equipo”. Jorge Alberto González Barillas, ‘Mágico’ González,
abre una puerta repleta de gloria el 11 de septiembre 1983
cuando hace su estreno con el conjunto amarillo en un partido
que el Cádiz perdió 1-3 frente al Murcia. “Nunca he visto
un jugador con la calidad técnica que tenía Jorge, tanto
con la cabeza como con el pie”. La imagen habitual de los
cracks controlando una naranja encontró en ‘Mágico’ un paso
más allá. Vidal narra una anécdota muy explicativa. “Un
día comenzó a hacer controles con un paquete duro de tabaco.
Pudo hacer 20 ó 30. Nos quedamos mirándole y era impresionante.
Una naranja es redonda, pero un paquete de tabaco es rectangular.
La sensibilidad que Dios nos ha dado a los humanos en las
manos, a Jorge se la dio en los pies. Ponía el balón dónde
quería. Le pegaba de tal manera que jamás se le elevaba.
Era un genio del balón”. A partir de esa reflexión crece
la figura del futbolista y de la persona de Jorge Alberto.
“En una ocasión a ‘Superpaco’ uno de los porteros del equipo-
le hizo un gol de falta directa pese a que había puesto
siete jugadores en la barrera. ‘Superpaco’ le dijo: ‘Te
regalo el barco sí lo repites’. Y lo repitió”. Vidal define
con claridad lo que sentía ‘Mágico’ por el balón: “Lo trataba
con una dulzura exquisita, lo cogía de una forma muy especial,
lo acariciaba como nadie. Era un auténtico enamorado del
balón”. Y de esa pasión por la pelota nace la figura más
díscola, la otra cara la que menos le gustaba a los entrenadores-
de Jorge. “Conmigo tenía una relación muy personal y después
de los entrenamientos de por la mañana, me preguntaba ‘¿qué
vamos a hacer por la tarde?’ Si le decía que teníamos entrenamiento
físico no venía. A él no le gustaba hacer trabajo sin balón.
Decía ‘no voy’ y ya está. A él le encantaban los entrenamientos
con balón, pero sin balón evitaba todos los que podía”.
Sus incuestionables condiciones técnicas encontraron un
hueco sin tapar a lo largo de gran parte de su carrera deportiva.
“Un futbolista no es sólo técnica. Para ser un gran jugador
hay que dominar además la estrategia, la preparación física,
la psicológica, la táctica…”. Y aquí es donde Jorge fallaba.
Tapaba sus carencias con sus virtudes pero Vidal recuerda
una anécdota que evidencia los problemas del ‘Mágico’. “En
una falta en contra nuestro se acercó a la banda y me dijo
‘¿dónde me colocó?’ No sabía dónde hacerlo y le mandé arriba
que era el sitio en el que más peligro podía crear”. Amigo
del ‘Camarón de la Isla’, uno de los cantaores de flamenco
más ilustres que ha dado España, Jorge ha concebido siempre
la vida de una manera ejemplar. “No le gustaba que le persiguieran,
pero a mí me tocó en muchas ocasiones hacer de policía con
él”. David Vidal hubo momentos que se convirtió, fuera del
campo, poco menos que en su sombra.
“Cuando el Barcelona se llevó de gira por Estados Unidos
a Jorge quedé con él a las cinco de la mañana para llevarle
al aeropuerto de Sevilla. Fui a su casa y al llamarle apareció
inmediatamente y me dijo ‘como nos íbamos a las cinco no
me he acostado’. El era así”. Pero las anécdotas de aquella
gira no habían hecho más que comenzar. El presidente del
Cádiz, Irigoyen (q.e.p.d.), le dio 25 dólares para pasar
15 días y ‘Mágico’, según cuenta Vidal, dijo; “No voy. Le
di yo más dinero y me preguntó que si podía llevar a su
novia conmigo a Sevilla. Los llevé a los dos y en aeropuerto
me preguntó si les invitaba a desayunar. ¡Se comieron ocho
sándwichs! cada uno!”. Pero la figura del ‘Mágico’ González
dejó huella.
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