|
|
|
|
PERICO
CREE QUE ES MÁS AMBICIOSO QUE EN ANTERIORES EDICIONES |
Armstrong es mucho Armstrong
|
Está
visto que el americano no quiere dar opción alguna a
sus más directos rivales. El Tour comenzó para
él con mucha tensión, incrementada porque aquí
siempre han puesto en entredicho sus victorias pasadas. Lance,
consciente de que el Tour se gana en la cama, es
decir, con el descanso y la recuperación, intentó
buscarse un aislamiento total, con guardaespaldas incluido,
algo que no ha gustado demasiado pero que a mí me parece
bien. Este aislamiento se produjo incluso dentro del pelotón,
algo también normal como efecto de la propia ambición
y concentración del líder. Un ejemplo de ese aislamiento
fruto de la tensión lo tenemos en las contra reloj, donde
se aprecia rápidamente quién va a disputar al
ciento por ciento esa prueba. El que llega sin hablar con nadie
y con cara de pocos amigos es el que más se exigirá.
Todos estos ingredientes han terminado
configurando un Armstrong más agresivo y ambicioso que
otros años, porque la tensión acumulada tiene
que terminar por liberarla en carrera. Ayer, por ejemplo, no
necesitaba atacar a Ullrich en la parte final, le bastaba con
demostrar que no es vulnerable y por eso hasta me atrevía
a augurar que podían llegar juntos y el americano le
podía ceder el triunfo. Tal vez el recuerdo del Mont
Ventoux, con Marco Pantani, le hiciese pensárselo dos
veces antes de hacer regalos. Este año, el americano
no quiere dejar ningún cabo suelto.
|
|
|
|