No porque ayer perdiera mucho más tiempo de lo esperado, ha dejado de
contar Jan Ullrich para el final. La Vuelta acaba de comenzar y aunque
él ha entrado con el pie izquierdo cuando todos pensábamos que iba a
arrasar, aún no ha llegado el momento de que arroje la toalla.
Si hace unos días, en el ‘Triptico’ italiano, estaba fortísimo, no puede
haberse venido abajo, salvo que esté enfermo y lo esté intentando ocultar.
Para mí, su pobre resultado de ayer se debe, sencillamente, a que no
cogió el ritmo, y eso, en una contra reloj como la de Málaga, de pocos
kilómetros, con muchas curvas, con un puerto por medio y una peligrosísima
bajada, se paga caro porque no hay tiempo de recuperarse.
De todas formas no sólo pasó que Ullrich no estuvo bien, sino que sus
rivales, en especial Zülle y Olano, estuvieron soberbios y demostraron
por qué han sido campeones del Mundo.
El triunfo de Zülle a nadie debe extrañar, porque es un gran especialista,
aunque el recorrido no era, por lo técnico, bueno para él. De todas
formas, en mi opinión la verdadera Vuelta no empezará hasta la contra
reloj de Tarragona, que, ésa sí, marcará la carrera.
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