Todos
estamos esperando la etapa de hoy, desde los corredores hasta
los aficionados, pasando por los periodistas, porque hasta
ahora nadie ha hecho ningún alarde y hoy, para bien
o para mal, alguno se va a tener que destapar. Para mí,
los Alpes van a marcar más diferencias que los Pirineos,
porque es la primera etapa de montaña y porque luego
está la cronoescalada.
Los escapados del domingo tienen una ventaja muy importante,
pero algunos de ellos se bajarán rápidamente
de ahí. Lo que ocurre es que a alguno puede costar
bajarle, como ocurrió en el Tour del 90 con Chiappucci.
En aquella ocasión era un desconocido y nadie pensaba
en él hasta que se vio que iba aguantando y hasta nos
atacó, lo que hizo que empezasen a mosquearse los favoritos.
Puede pasar algo parecido, pero con alguno de los jóvenes
menos conocidos que pueda crecerse con la moral de verse ahí
delante.
No creo que la carrera cambie por el hecho de que estén
esos hombres por delante con tanta ventaja, al menos en esta
primera etapa de montaña. Los favoritos van a hacer
su carrera sin pensar en ellos, manteniendo su duelo entre
ellos. Será en los Pirineos, si alguno aguanta, cuando
empiecen a preocuparse. De momento, Armstrong, Ullrich y compañía
estarán sólo pendientes de ver cómo están
los demás favoritos y ellos mismos. Y hoy puede ser
otra etapa peligrosa, porque los escaladores llegarán
con ganas, atacarán a las primeras de cambio y a ver
quién coge la responsabilidad.
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