Armstrong
empezó muy joven y, cuando pasa esto en el ciclismo, también
se termina antes. En su caso, sin embargo, hay que tener en
cuenta el periodo que pasó sin exprimirse a tope debido a
su enfermedad, aunque también fue una época que le marcó físicamente
por el duro tratamiento al que le sometieron.
Pensando en eso, Lance querrá disfrutar de su vida cada vez
más. Por contra, él es el primero que se da cuenta de que,
por fortaleza, tiene fuerza para seguir más tiempo. Sin contar
con que ya le quedan menos de la mitad para alcanzar los cinco
Tours.
En este Tour le he visto muy bien. Se ha defendido mejor que
nunca, ha sido muy regular y ha demostrado que ya no gasta
sus fuerzas inútilmente. Ha madurado como corredor en todos
los aspectos. Como ciclista, el Armstrong de este año ha progresado
mucho tras trabajar intensamente tanto las contra reloj como
la montaña. Sigue siendo un corredor explosivo, conserva las
cualidades de cuando empezó y, además, ha ganado en solidez.
Es un corredor, en suma, de los que gusta a la gente por esas
arrancadas que tiene. Su espectacularidad conecta con el público
y, además, es muy difícil de batir en el Tour, ya que es bueno
en todos los terrenos.
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