Il Bello' no se ha mostrado muy bello precisamente, con una actitud
recriminable desde todos los puntos de vista. Los abanicos producen
momentos de histeria, con protestas e insultos que, en ocasiones, son
la forma de encontrar un hueco para entrar en el grupo de delante. Eso
lo sabe Mario y debería entender que no hay que tomar al pie de la letra
lo que se pueden decir ahí.
El puñetazo es injustificable y mucho menos después de pasar casi 24
horas rumiando la venganza. Cuando llegas al hotel y te duchas, al tiempo
que lavas tu cuerpo debes limpiar también tu alma y dejar atrás la mala
conciencia de la carrera. A Mario le ha ocurrido como a algunos veteranos
que no han sabido aceptar el paso de los años, algo que ya se hizo patente
en el pasado Giro con actitudes muy antideportivas. Tal vez debería
pensar en tomar la decisión de decir adiós dejando la imagen de gran
campeón que ha sido.
En la carrera, el protagonismo estuvo en las caídas. El asfalto de las
rutas españolas, con cuatro gotas, son pistas de patinaje. Es curioso
que el ciclista español tenga que tomar más precauciones aquí que en
el extranjero.
|
|