Ante la polémica que ha surgido sobre el Angliru, considero que no se
debe perder una de las pocas montañas de categoría y nivel como es ésta.
Siempre nos estamos quejando de que hay pocos puertos duros, así que
eliminarlos sería absurdo. Lo único que hay que hacer es tener claro
que cada montaña tiene sus problemas y que en ésta es que suben 15 ó
20 y el resto son empujados. Es cierto que eso puede dar una mala imagen
y que no es justo porque algunos corredores no sufren la verdadera dureza
y se desgastan menos, pero lo que hay que hacer no es dejar de subir
el Angliru, sino tomar medidas para minimizar ese problema. La mejor
manera es lograr una colaboración de ciclistas, directores, organización
y medios de comunicación. Hay que enviar un mensaje claro a los aficionados
para que sepan que van a ir allí a ver un esfuerzo sobrehumano y que
se conciencien. La etapa de hoy no es el Angliru, pero sí será la última
oportunidad para Pavel Tonkov, que estoy seguro de que va a intentar
consolidar su tercer puesto.
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