El Reto MARCA - Aconcagua'06

27/12/2005

Chema Martínez: "Mis compañeros me dicen que estoy zumbao"

Una entrevista de Roberto Palomar

Chema, usted está en activo, en plenitud, y sin embargo, se apunta a la aventura, ¿no puede ser un poco arriesgado?
Cuando me lo propusieron, ni me lo pensé. Creo que es una oportunidad única, una cosa de esas que sólo van a pasar una vez en la vida y que hay que aprovechar. El único problema era encajarlo en mi calendario.

¿Y cómo lo ha hecho?
Pues, sobre todo, hablando con Fernando Lozano, mi entrenador. Ahora mismo, estoy a tope, al ciento por ciento. Llevo entrenando sin parar desde el 20 de agosto. Mi gran objetivo ahora es la San Silvestre. Antes, ya había estado entrenando también para el Europeo de Cross. Para después, tenía previsto hacer algo para desconectar del atletismo: irme a esquiar o algo así. Casi siempre lo hago en el mes de enero porque conviene descansar para estar bien en abril. El Aconcagua es perfecto para mí. Es algo asumible en mi calendario.

Creo que incluso se lleva ropa de faena para seguir entrenando por allí.
En la montaña, por supuesto, no voy a entrenar, pero hay varios días, entre viajes, compras y desplazamientos, que se pueden aprovechar. No voy a perder tanto entrenamiento. Además, en la montaña voy a estar haciendo un esfuerzo de resistencia que también me viene bien. Y el resto, haré rodajes. Como también viene Martín Fiz, creo que nos vamos a ayudar los dos.

¿Cómo se lo tomó su entrenador, no le puso pegas?
Al principio, le sorprendió y le llamó la atención, pero me conoce y ha tratado de encajarlo en nuestra planificación sin que suponga una gran dificultad.

¿Y su mujer?
Con Nuria ha sido igual de fácil. Ella ha sido deportista y sabe que lo del Aconcagua no tiene por qué repercutir en mi rendimiento. Luego, a nivel familiar, está acostumbrada a las concentraciones. Ha habido veces que me he ido a hacer entrenamiento en altura y he estado dos meses, en Sierra Nevada, bajando a casa cada diez días. Y, además, sabe que me hace especial ilusión. La verdad es que me ha animado mucho.

¿Qué le dicen los compañeros?
Supongo que será la comidilla en los entrenamientos. Hay algunos que ni se lo creen. Hay gente que se cree que, a última hora, me voy a rajar y que no voy a subir. Algunos se piensan que esto es un reclamo para salir en el periódico y que al final no voy a ir. Les hay que me dicen que estoy ‘zumbao’. Cuando la auténtica realidad es que estoy ante una ocasión única. Estoy seguro de que muchos de mis compañeros, si pudieran, también la aprovecharían. No podía decir que no con Juanito como jefe de expedición y con el resto de compañeros.

Hablando de compañeros, usted estuvo menos tiempo con ellos en Panticosa porque se volvió a Madrid para entrenar, ¿qué impresión se llevó de ellos?
Muy buena, me volví encantado. Lo pasamos muy bien. Además, se nota que todos somos competitivos y que queremos ganar, que queremos subir al Aconcagua. Pero por encima del reto personal está también el que nos ayudemos unos a otros. Habrá días duros, a uno le dolerá la cabeza, otro no podrá subir... Hay que ayudarse. La verdad es que, a veces, me pongo a pensarlo y somos todos rarísimos. Cada uno de un deporte, con diferentes hábitos...

¿Por qué lo dice?
Mira que yo soy raro comiendo... ¡Pues Amavisca es peor todavía! O Theresa Zabell, que también comió muy poquito. Yo pensé que no había nadie más raro que yo comiendo, y mira.

Amavisca se va a llevar un kilo de gominolas.
Yo le voy a llevar unas cuantas. Ya tengo visto el sitio donde se las voy a comprar.

Pues con la comida del campo base, lo van a pasar mal.
Habrá que adaptarse, pero tiene razón. Si con un menú preparado por Pedro Subijana, lo pasamos mal, no sé qué va a ser de nosotros...

¿Va a llevarse algo para la cumbre, algún amuleto o algo parecido?
No lo tengo pensado todavía, pero algo me llevaré. Alguna foto de mi hija. Eso es lo que peor voy a llevar, estar separado tanto tiempo de ella.

¿Se está documentando sobre el Aconcagua?
Sí, sí, he leído mucho. Incluso un amigo me ha regalado una guía muy completa en la que vienen todas las rutas y una información muy completa. Por eso, cuando Juanito nos dio la charla el otro día, a mí ya me sonaban todos los nombres y las alturas de los campos y todo eso. La verdad es que ahora sólo tengo una preocupación.

Usted dirá.
Cómo meter todo el material que nos han dado en sólo dos bolsas. Bueno, más que una preocupación mía es una preocupación de mi mujer que es la verdadera especialista en maletas. Me preocupa eso y que voy a perder un par de días de clase.

¿Qué estudia?
Estoy haciendo un master de gestión de campos de golf y tendría que ir a clase los días 20 y 21 de enero.

¿Qué va a hacer de aquí a que se vayan?
Yo lo tengo claro. Entrenar, entrenar y entrenar. Tengo como gran objetivo la San Silvestre. Hoy, por ejemplo, tengo doble sesión, masaje... Un día completo.

O sea, que no se ha pasado ni un gramo en la comida con las fiestas.
En absoluto. He seguido cenando exactamente lo mismo y siguiendo con los mismos hábitos de siempre. Es más, otros años, he estado más obsesionado con la San Silvestre y, esta vez, lo del Aconcagua me ha ayudado a llevarlo de otra manera y creo que me ha venido bien.

¿Y después de la San Silvestre?
Es posible que suba a Sierra Nevada en esa semana que queda y que pueda hacer algo de monte. Vamos a ver cómo estamos de tiempo.