El Reto MARCA - Aconcagua'06

29/12/2005

“Renuncio a la cumbre con tal de ayudar”

Una entrevista de Roberto Palomar

Junto a Juanito Oiarzabal, usted es el experto, ¿cómo ve a los miembros de la expedición, tienen posibilidades?
Sí, los veo bien. Ya he comentado alguna vez que la ilusión que tienen puede llegar a compensar un poco la falta de experiencia. Sobre todo, tienen una ventaja: están en buena forma y, aunque eso no asegura la cumbre, sí que ayuda a conseguirla.
Ustedes insisten en que la ruta no tiene dificultad.
Dificultad técnica, ninguna. El problema es si estamos ante un año de nieve. Si hay nieve, la cosa se complica. Habría que utilizar crampones y hay que andar con cuidado. La Canaleta, con nieve, se complica un poco. Si no, es un pedregal con una cierta inclinación.
Un montañero como usted, ya curtido, ¿está motivado para subir?
Hombre, mi intención no es subir a la cumbre 17 veces, como ha subido Juanito. Pero sí me hace ilusión participar en el proyecto y ayudar al resto de los deportistas.
O sea, que si tiene que renunciar a la cumbre, renuncia.
Por supuesto, no habría ningún problema. Renunciaría por ayudarles y por la seguridad del grupo.
Porque usted, todo lo que tenía que hacer en el Aconcagua, ya lo ha hecho. Ha subido por la temible cara sur.
He subido por la sur y por la normal. Cuando lo hice, mi intención era la cara sur, pero antes subimos por la otra para aclimatarnos bien. La cara sur es una ascensión de prestigio dentro del alpinismo. La normal es más un reto personal para quien quiera proponerse subir al Aconcagua.
¿El campo base es duro? ¿Se les va a hacer la vida difícil?
Yo lo recuerdo duro en el sentido de que es un campo ventoso, incómodo. Nosotros, en el Himalaya, estamos acostumbrados a campos peores, más altos, conhielo, en condiciones más desagradables.
¿Cómo se las van a apañar Juanito y usted para que nadie se quede solo en la ruta?
Durante el periodo de aclimatación, no creo que haya problemas, creo que el grupo se va a mantener siempre unido. El día de ataque a cumbre puede ser lo más complicado. Lo ideal es que ascendamos todos juntos y que no se hagan grupos o que el grupo más débil retrase al más fuerte. Eso lo vamos a ver allí. Allí trazaremos la estrategia. Es la única preocupación que tenemos.
Porque si tienen que tomar la decisión de darse la vuelta, lo van a hacer.
El día de ataque hay que tenerlo muy claro. Si uno tiene que darse la vuelta, no pasa nada. Lo que no puede hacer es perjudicar al resto del grupo. Además, quedarán días para un segundo ataque si hay gente que necesita un poco más de aclimatación.
Tengo entendido que, después del Aconcagua, se queda en Argentina. Escalando, por supuesto.
Sí, he quedado con unos amigos para escalar en Patagonia. Será otro tipo de ascensión, escalada en paredes, en roca. Otra cosa diferente.